Tras la fractura de la AFC, algunos futbolistas cochabambinos están impedidos de competir en torneos nacionales e internacionales, además que tienen complicaciones para pasar a clubes del interior.
En reiteradas oportunidades las autoridades deportivas y del departamento buscaron la manera de solucionar el conflicto, pero las posiciones encontradas de ambos lados provocaron que esta división dirigencial se mantenga hasta la fecha.
La AFC vive una de las peores crisis institucionales de toda su historia. Dirigentes enfrentados, algunos deportistas sin saber su futuro y la institución deportiva con mayor historia en Cochabamba sigue sumida en un mar de incertidumbres, en medio de un cruce de acciones legales entre dirigentes.
Jhonny Villarroel, presidente de la AFC reconocida por la Asamblea Departamental del Deporte y el Servicio Departamental del Deporte (Sedede), tiene su sede en la calle Ecuador y lleva adelante sus torneos locales sin la posibilidad de que sus jugadores formen parte de torneos nacionales o integren las selecciones menores.
Sin embargo, al tener el aval del Sedede y la Asamblea tiene la oportunidad de utilizar los campos deportivos del estadio Félix Capriles. Asimismo, puede solicitar uniformes deportivos y respaldo económico para participar en torneos nacionales, pero carece del respaldo y reconocimiento de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF).
Villarroel, explica su idea sobre una posible solución y que la AFC reúna a todos sus dirigentes bajo una cabeza.
P: ¿Qué se dijo en la reunión con el Sedede y la otra AFC?
R: Lo que se intenta hacer es en beneficio de la institución y por eso acudimos al llamado del director del Sedede, Ronald Calizaya, quien pretende buscar una solución junto al señor (Rolando) Aramayo que es la cabeza del grupo dirigencial que fue reconocido por la FBF.
Nos pidieron propuestas para solucionar el conflicto en la AFC. En ese entendido trabajamos varias noches para hacer llegar un documento como corresponde, donde se especifica todos los puntos técnicos, económicos, legales e institucionales que permita el camino a una posible solución, pero lamentablemente luego de dos semanas no tengo una respuesta de lo que presentamos y lo que sé es que la AFC, avalada por la FBF, no ha presentado un documento como se había concertado.
P: ¿Hay posibilidad de unir la dirigencia del fútbol cochabambino?
R: Es complejo, porque este tema ya pasó a instancias legales. Hoy llevo adelante 12 procesos por la situación de la AFC, pero la justicia llega y estos juicios se están cayendo. Incluso tengo retractaciones públicas por haberme acusado de haber falsificado firmas y por acusaciones falsas.
P: ¿Cuál es la situación de la sede de la AFC?
R: Hay un anticrético en vigencia y está utilizando el señor Gary Pérez, en parte de la infraestructura del inmueble (en la calle Ecuador). Es en esos temas que nos han acusado de falsificar documentos privados, pero todo está claro.
Además, nos llegan procesos por denuncias laborales. Ahí sí me reconocen como presidente de la AFC, para aclarar temas de los exfuncionarios, pero los expresidentes ni siquiera habían cancelado los aportes patronales a las AFP y otros.
P: ¿Cómo está la situación del inmueble?
R: Es importante sanear las deudas impositivas y demás. En la medida en que podamos contribuir lo haremos, como dirigentes ya que hemos prestado dinero. Podemos cubrir ciertos pagos, pero el resto no.
Hace cuatro años y un poco más, no ingresa un centavo a la AFC por el concepto de borderó, de donde le corresponde estatutariamente el 2 por ciento del total recaudado, de los partidos de la Liga. ¿Dónde está ese dinero?
P: ¿Cómo toma usted que Alberto Muriel, que estuvo a su lado, se fuera a la AFC avalada por la FBF?
R: Es un tema triste. El señor Alberto Muriel en su momento fue presidente de la AFC.
Tuvo acusaciones tan frontales contra su persona por parte de la gente que hoy le está rodeando. Este aspecto surge por el conflicto interno que existe en la Academia Real Cochabamba entre Muriel y Eddy Subieta.
P: ¿Lo mismo ocurrió con otros dirigentes?
R: De pasar de la asociación legalmente constituida, a la reconocida por la FBF, tiene que pasar más por prebendas y por algunas presiones de los padres de familia.
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